Es muy común oír sobre la adivinación del futuro por medio de las sobras de café que quedan impresas en la taza. Sin embargo, poco se ha escuchado sobre la lectura de las hojas sobrantes en los posos de té, una práctica tan compleja como milenaria. Se trata de una versión muy similar a la del café, sólo que las formas que halla el lector son distintas y más numerosas. Por ejemplo, la figura de un pez es señal de buena suerte, mientras que la montaña augura una serie de obstáculos futuros.
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