Osiris e Isis, dioses egipcios, tuvieron un hijo llamado Horus, el cual se destacó por su poder y su antigüedad, pues perteneció a la época predinástica. Este peculiar dios tenía forma de halcón y logró que miles de seguidores le rindieran culto y construyeran templos en su honor.
Cuenta la leyenda, que Osiris fue asesinado por Seth, su cruel hermano, pero Isis dio a luz a Horus y este creció de manera secreta para agarrar por sorpresa al asesino de su padre y vengar su muerte. Horus retó a Seth a una violenta batalla, en la que perdió un ojo. La asamblea de los dioses intervino y declaró a Horus como único y legítimo soberano de Egipto. Horus se convirtió en el nuevo rey y su padre le transmitió todo el poder y conocimiento para que pudiera gobernar con sabiduría y nadie pudiera derrocarlo. Por su parte, Osiris se volvió el dios del inframundo y Seth gobernó el desierto.
Se dice que Horus dejó su mandato a los reyes míticos, y se dedicó a cuidar la barca solar para proteger a su padre en el infierno y a ser el mediador entre las almas en pena y Osiris en el juicio final, algo así como Virgilio de la Divina Comedia.
La imagen de Horus posee una cabeza de halcón o como un sol con alas de halcón, una corona doble. Esta figura servía como símbolo de protección en puertas y salas de templos antiguos. Junto a sus padres Osiris e Isis, este personaje formó la tríada más importante de la mitología egipcia.
Los especialistas en los relatos del Antiguo Egipto destacaron que existen varias similitudes entre este ser y Jesucristo.
La madre de Horus también era virgen cuando concibió.
Horus nació un 25 de diciembre en una cueva alejada de la gente.
El parto de Isis fue anticipado a tres hombres sabios por una estrella.
De niño fue un maestro en su templo y lo bautizaron a los 30 años de edad.
El hombre que bautizó a Horus se le llamaba Anup el ‘Bautista’.
Horus también tenía doce seguidores a los que llamaba discípulos.
En su vida realizó muchos milagros, entre los que destacan la resucitación de un hombre llamado ‘El-Azar-us’.
Horus también caminaba sobre las aguas.
Se transfiguró en una montaña.
Horus fue crucificado y enterrado, pero resucitó.
A este personaje también se le conocía como el Mesías, el ungido de Dios, el hijo del Hombre, el Buen Pastor y el Cordero de Dios.
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