Los cristales y minerales, de por sí, siempre han tenido una fuerte relación esotérica. La cristalomancia es el arte de adivinación a través de los cristales, los cuales pueden ser la bola, un espejo, una gema preciosa, o cualquier mineral, mientras éste se encuentre facetado o pulido, es decir, pueda reflejar. En la bola de cristal se unen no sólo las propiedades atribuidas a cada mineral, sino la forma esférica, simbólica, y que además permite que los juegos de luces y formas hagan reconocibles distintas figuras en las que se basa este tipo de adivinación. La interpretación de las imágenes que muestre la bola difiere según el adivino, ya que tenemos los que consideran la identificación clara de una imagen (ya sea en el cristal o a través de la videncia) y los que interpretan los movimientos que pueden verse. A esto habría que unir la ambientación: un tapete, velas, algún otro objeto esotérico o decorativo, e incluso tener en cuenta el soporte de la bola.
¿Cómo contestar preguntas con sí y no en la bola de cristal?
Al mirar la bola, por norma general, se pueden identificar cuatro movimientos rotatorios de nubes: hacia arriba a la izquierda, hacia abajo a la izquierda, hacia arriba a la derecha y hacia abajo a la derecha. La ausencia de alguno de estos indicaría la necesidad de mayor precisión en la pregunta realizada. La visualización de movimiento ascendente siempre se considera un sí, o al menos positiva. Ahora bien, se considera mejor o más potente si ocurre en lado derecho, y de menos fuerza si se ve en el lado izquierdo. La visualización de un movimiento descendente de alguna de estas nubes tendría un significado negativo, y por tanto sería un no. Igualmente, si ocurriera en el lado izquierdo sería un no rotundo, mientras que si ocurriera en el lado derecho, sería un no con ciertos matices que lo suavizarían.
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