El solsticio de invierno comenzó a ser celebrado desde tiempos prehistóricos en lo que hoy es Europa y Asia Menor. Y es por ello que en muchas culturas, muy anteriores al cristianismo, el día 25 se asociaba al cumpleaños del Sol, con fiestas a distintas deidades que inspiraron a varias religiones. El dios Mitra, en Roma, era uno de estos, también el Sol Invictus, porque el ciclo del nuevo año era la Navidad o Natalis Solis Invicti (el nacimiento del Sol Invicto).
Parece evidente que la suplantación del día del Sol Invicto por el del nacimiento de Cristo haya ocurrido por la antiquísima práctica “pagana” del solsticio de invierno, que se hallaba fuertemente arraigada en todo el mundo al norte del ecuador.
Dado que no se conocía el día exacto del nacimiento de Cristo, en el siglo V la Iglesia católica occidental ordenó que se celebrara para siempre en el mismo día de la antigua fiesta romana. Las celebraciones paganas de la Saturnalia, que concluían con la deidad del Sol Invicto en Roma, estaban demasiado arraigadas en la costumbre popular como para ser abolidas.
Comments