Se conoce como Cinturón de asteroides o Cinturón principal a una región de nuestro Sistema Solar ubicado entre las órbitas de Júpiter y de Marte, es decir, separando los planetas interiores de los exteriores. Se caracteriza por albergar una multitud de objetos astronómicos rocosos, de forma irregular y diferente tamaño, conocidos como asteroides, y acompañados por el planeta enano Ceres.
El nombre de Cinturón principal se le otorga para diferenciarlo de otras agrupaciones de objetos espaciales del Sistema Solar, como son el Cinturón de Kuiper, ubicado por detrás de la órbita de Neptuno; o como la Nube de Oort, en los confines mismos del Sistema Solar, a casi un año-luz del Sol.
El Cinturón de asteroides está compuesto por varios millones de cuerpos celestes, clasificables en tres tipos: carbonáceos (tipo-C), de silicatos (tipo-S) y metálicos (tipo-M). Los objetos de mayor tamaño presentes son cinco: Palas, Vesta, Higia, Juno y el mayor de todos: Ceres, clasificado como un planeta enano, con un diámetro de 950 km. Estos objetos componen más de la mitad de la masa del cinturón principal, equivalente apenas al 4% de la masa de la Luna (0,06% de la masa terrestre).
Aunque en las representaciones se les muestre cercanos, formando una nube compacta, lo cierto es que estos asteroides se hallan tan alejados entre sí, que sería difícil navegar esa región del espacio y toparse con alguno. En cambio, debido a las usuales oscilaciones orbitales que presentan, debido a sus acercamientos eventuales a la órbita de Júpiter (y, por lo tanto, a los efectos de su gravedad), muchos asteroides abandonan el conjunto y son arrojados al espacio exterior, o incluso contra algunos de los planetas interiores.
Los objetos que componen el Cinturón de asteroides orbitan entre Júpiter y Marte, entre las 2,1 y 3,4 Unidades Astronómicas (UA) del Sol, es decir, entre los 314.155.527 y los 508.632.758 kilómetros de distancia del Astro Rey.
La teoría más aceptada respecto al origen del Cinturón de asteroides lo supone parte de la nebulosa protosolar de la que provino el Sistema solar completo. O sea, que bien pudo ser el resultado de materia dispersa que no logró conformar un cuerpo de mayor tamaño, en parte debido a la intromisión de las ondas gravitacionales de Júpiter, el mayor planeta del Sistema solar. Esto habría hecho estrellarse los fragmentos de roca entre sí o los habría expulsado hacia el espacio, sobreviviendo del modo que sea apenas el 1% de la masa total inicial.
Hipótesis más antiguas sugieren que el Cinturón de asteroides habría sido algún planeta formado de la nebulosa primitiva, pero que había sido destruido por algún impacto orbital o por explosiones internas. Sin embargo, dicha hipótesis parece poco probable dada la poca masa del cinturón en contraste con las altísimas cantidades de energía que serían necesarias para hacer estallar un planeta de esa manera.
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